Con esto no quiero decir que tenga que haber un código de vestimenta; pero tal vez sí tener un poco de sentido común, si eres profesor de adolescentes, pre-adultos y jóvenes adultos con más hormonas que neuronas… Descubrir esto cambió mi vida. Nunca me han dicho nada (y lo hicieron, pasé tanto que no me acuerdo). “Te amenazaban, te insultaban y encima el que tenía vergüenza era yo. Y es diabólico. Y a veces si te interrumpen sientes que tienes que volver a empezar el ritual”.