Un general dijo que no, que yo me quedaba en Bulgaria. Decía que todo era muy profesional, muy bien preparado en el vestuario. Antes habíamos jugado un torneo en Mallorca, donde me expulsaron, por cierto, uno de los peores árbitros de la época. La gente de a pie ya no quiere llevar la ropa delos adinerados (algo propio en la sociedad pre-consumista de Veblen); ahora la clase trabajadora y otros grupos sociales influyen en sentido inverso y se convierten en modelos de referencia para los nuevos ricos.