Minutos antes de estar levantando una guagua y sacar a una persona con la cara llena de sangre, Lázaro estaba buscando un cinto en la barbacoa de su casa. Debajo estaban su mamá, su hermana, una vecina y su hijo más pequeño. Lo que no encuentres aquí, no lo vas a encontrar en ningún sitio más. La información era un bien muy preciado y las noticias cotizaban a precio de oro, más por tratarse de herramientas publicitarias a utilizar contra el enemigo que por su valor en sí mismas.